No es necesario prevenir inundaciones
el arsénico, en vez de orina escondida en pantalones
hace que la fiera tempestad vuelva sus ojos hacia el norte.
Aquí se vive al sur
donde miles de crisantemos amarillos
rodean, todos los días, a los corderos
y les hacen suplicar a nubes moribundas
que salgan de abajo de la almohada
ellas quitaran la sed de aquellos cadáveres añejos
habitantes de hamacas oscilantes.
Levántate y mira al horizonte
las hojas ya no bailan al ritmo del conjuro
ahora gimen cuando oyen la voz de los espíritus.
Aquí se vive al sur…
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